arte en cerámica

BESTIARIO: Serie de platos en cerámica de alta temperatura

BESTIARIO. Parte de la serie de platos en cerámica.Autor: Carlos Sangiovanni. Diámetros 49 centímetros. Año 1991

Corría mediados del año 1991, cuando inicié una serie de trabajos en cerámica al que denominé: Bestiario.

Recuerdo que cada fin de semana, durante varios meses, me trasladaba a un pequeño taller de un amigo, artesano ceramista, en las afueras de Bonao, ciudad situada en la provincia Monseñor Nouel de la República Dominicana. Ciudad conocida como Villa de las Hortensias, debido a su abundancia en la flora regional.

 El recorrido desde Santo Domingo, capital dominicana, a Bonao, es de aproximadamente 85 Kms.; distancia que teníamos que recorrer cada sábado y domingo por partida doble (ida y retorno), por espacio de cuatro meses.

Las tierras de la región, ricas en ferroníquel y otras variedades de minerales, han sido explotadas desde 1955 por la empresa extranjera Falconbridge.  A través de la cooperativa de empleados de esa empresa, se crearon talleres de formación en cerámica, que contribuyeron a la formación de artesanos que trabajaron la cerámica utilitaria, aprovechando las propiedades de la arcilla  de Bonao y en particular determinados esmaltes y óxidos muy propios de la zona, que generaron una coloración (azul ultramar y tonos azules grisáceos) que fueron  aplicados con profusión para la vitrificación de las piezas artesanales que se producían en los talleres existentes en sus incios. . 

En 1991, cuando comencé a trabajar mis piezas de cerámicas para la serie de platos Bestiarios, ya habían desaparecidos una gran cantidad de talleres de artesanos, y la casi totalidad de los que quedaban realizaban piezas de barros, a las que le aplicaban después de la primera cochura, colores de pinturas acrílicas que posteriormente barnizaban; desmeritando el valor de las piezas artesanales, así logradas. El clásico y tradicional vitrificado que destacó y caracterizó a las piezas “bonaenses”, había desaparecido. 

En el taller en el que emprendí mi obra, contaba con el equipamiento indispensable y los materiales necesarios para lograr lo que pretendía plasmar. Tornos, hornos, barros de diversas zonas de la región, que, por su contenido mineral, permitían conseguir piezas con extraordinarias variedades de colores, luego de horneadas; así, como una serie de óxidos y esmaltes, que me permitieron embellecer y vitrificar las piezas. 

En los platos torneados, con un diámetro de 49 centimetros, desarrollaba la zoomorfa signografía visual que me había propuesto. Incisiones en el barro fresco, aplicaciones, esgrafiados, empleos de óxidos y esmaltes, fueron fluyendo a lo largo del proceso de creación, que luego culminaban con el secado y posterior cochura de las piezas en un gran horno de gas, a elevadas temperaturas. Ansiedades, impaciencias, frustraciones, sorpresas, satisfacciones y admiración, eran elementos que antecedían y precedían el horneado de las piezas. 

Al final, el placer de haber disfrutado todo el proceso creativo de Bestiario, un grupo de piezas de artes, hechas para gozo y placer estético de los amantes y coleccionistas del buen arte. 

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