El Último Árbol.

Cuadro 2

Réquiem dorado para los peces de colores
Técnica: Medio mixto con pan de oro
Autor: Carlos Sangiovanni

La destrucción y menoscabo de nuestros recursos naturales, producto de un accionar desaprensivo del Estado, grupos políticos y empresariales, multinacionales y empresas nacionales mineras, procura ser la chispa incitadora de los trabajos de esta exposición temática. Los dominicanos estamos viendo cómo día a día nuestros bosques, fuentes hídricas y vida animal, colapsan dentro de una vorágine descocada e irresponsable, por parte de los que están llamados a salvaguardar nuestra biodiversidad.

Nuestra reflexión visual con objetos cerámicos y pictóricos gira alrededor del árbol como fuente de vida, dada su importancia en el ciclo de la naturaleza y sus cambios.

La historia nos muestra cómo los árboles siempre han estado presentes en la religión y el folklore de distintas civilizaciones. Han sido descritos como “un regalo de Dios o de los dioses”, al hombre y a los animales, “como vínculo entre el cielo y la tierra o como lugar de reposo del alma”.

Las obras expuestas se inician a partir de un viejo trozo de madera, el cual sirve como molde para expandir ideas narrativas en cerámica, hasta pasar al discurso visual de pinturas en medios mixtos (impresiones digitales sobre tela, acrílicas, técnicas de dorados y serigrafía).

Destrucción del bosque II
Destrucción del Bosque II. Acrílica, digital, Pan de plata, sobre lienzo. Dimensiones: 30″ x 48″

Como artista visual, hemos sido vanguardistas en nuestro país en el uso de los recursos tecnológicos aplicados a las expresiones artísticas. Ya en el 1995, en nuestra exposición “95 D.C. Variaciones en Torno al Símbolo”, realizada en el Museo de Arte Moderno de Santo Domingo, hicimos la primera muestra gráfica efectuada en la República Dominicana, en la que se exponían un conjunto de obras únicas realizadas en el ordenador e impresas digitalmente, con algunas intervenciones manuales.

Nuestro proceso creativo no margina cualquier medio expresivo que pueda facilitar el discurso visual que posibilite ese diálogo reflexivo entre nuestra obra y sus receptores. Algo que pretendemos dejar evidenciado en la presente exposición temática.

En determinado punto de la preparación de la muestra nos cuestionábamos sobre el uso del color en el discurso visual, y el posible contrasentido de utilizar una gama cromática amplia y explosiva, a contracorriente de una gama que reforzara un estado anímico de desolación y destrucción. Prevaleció en nosotros, finalmente, el criterio de que el color es un elemento presente, con su cruda belleza, hasta en los sucesos más degradantes e indeseables para situaciones del diario discurrir de la vida, por lo que, realmente, hasta en la destrucción se puede expresar la belleza cromática.